Categoría: Consejos Email Marketing
A nadie le gusta perder suscriptores pero, si quieren darse de baja, no podemos impedírselo. Legalmente están en su derecho y no debemos ocultar esta opción, más bien al contrario: hay que ofrecerla en cada envío que hagamos. Puede parecer algo negativo pero, ya que estamos obligados por ley a incluirlo, lo mejor que podemos hacer es aprender de la información que nos ofrece.
El primer indicador son las estadísticas de las campañas y giran alrededor de dos preguntas básicas sobre su calidad:
Estas estadísticas son tan importantes como las aperturas o los clicks. Aunque no nos reportan ventas directas, sí hacen que mejore la calidad de la lista. La cantidad de suscriptores no es tan importante como su compromiso: una base de datos de miles de personas no necesariamente es mejor que una de cientos si éstos son activos y fieles. La calidad se consigue vigilando tanto quién se apunta a la newsletter como quien decide dejar de recibirla.
Una vez el usuario hace click en el formulario de baja, automáticamente le concedemos la petición y a la vez le pedimos que nos cuente por qué lo ha hecho. Sin rencores, solo para aprender y mejorar. Las opciones habituales como “No me interesa seguir recibiendo estos emails” son muy genéricas. Las más interesantes son las que escribe el ex suscriptor en el apartado “Otros motivos” porque ahí suelen explicar más detalles.
Revisar estos datos cada cierto tiempo es muy útil para corregir nuestra estrategia de email marketing. Por ejemplo, podemos darnos cuenta de que los mensajes son más comerciales de lo que el usuario esperaba, que los enviamos demasiado frecuentemente porque no dejamos que pueda elegir cuándo recibirlo o que el diseño no hace el contenido tan fácil de leer como pensábamos.
Obviamente, no haremos cambios sustanciales solo porque 1 único suscriptor muestre su disconformidad con alguna campaña. Agrupando los datos de varios envíos llegaremos a conclusiones más representativas. Por eso no hay que actuar en caliente si no dejar un tiempo para la reflexión y trabajar a partir de ahí para optimizar la estrategia.
Es muy fácil intentar retener a la persona que se ha dado de baja enviándole un mail que le pregunte si lo ha hecho por error y volviendo a recordarle qué conseguirá si es suscriptor. Pero lo cierto es que ya está fuera de la base de datos: el esfuerzo lo tenemos que hacer previamente para así tratar de que no se dé de baja. Por ejemplo, dándole opciones para que elija qué recibir y cuándo.
El proceso de desuscripción del usuario es igual de relevante que el de alta. No lo descuides y sácale partido.
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