Psicología del color aplicada al diseño de newsletters

Categoría: Tendencias Email Marketing

El color es una herramienta muy poderosa: consigue transmitir emociones y provocar cambios en los pensamientos. Cuando se elige un color corporativo, se utiliza siempre que se puede, no solo en el logo, también en las newsletters. Pero el email marketing permite jugar con los colores de titulares y botones sin que se pierda la identidad corporativa.

Si los colores son análogos, es decir, siguen la misma paleta, el diseño es más uniforme. Eso hace que provocar una emoción sea más sencillo porque todo enlaza con ese color. Es útil cuando se trata de campañas con una única llamada a la acción porque están muy enfocadas a conseguir la conversión. Campañas temáticas como las de San Valentín siguen esta idea porque quieren que nada más abrir el mensaje se respire amor gracias al rojo pasión.

 

 

Aún así, enviar siempre la misma combinación visual puede resultar aburrido. Los contrastes sirven para causar un impacto porque destacan rápidamente lo que queremos que lea o haga el usuario. Cambiar los colores de la plantilla es una forma sencilla de influir sobre la percepción de la marca en cada campaña enviada. En lugar de utilizar siempre el color corporativo, pueden mezclarse con alguno de sus opuestos o complementarios según nos convenga para llamar la atención y así generar interés por el mensaje.

 

 

Pongamos un ejemplo: el color verde puede transmitir frescura, recordarnos a la primavera y ser sinónimo de esperanza. Es propio de empresas relacionadas con el medio ambiente, pero aunque no esté entre nuestros colores corporativos, podemos utilizarlo para dar la impresión de un nuevo comienzo como en el lanzamiento de un producto.

Los colores sirven para el reconocimiento de la marca y, por eso, el uso de ciertos colores por parte de algunas marcas ha hecho que las asociemos con determinados valores. Por ejemplo: el amarillo es energía porque nos recuerda al Sol, pero también a algo barato y hasta que no es dorado no se convierte en lujoso. Por eso puede utilizarse para ofertas como en nuestra plantilla para el Cyber Monday.

 

 

Cada bloque de contenido puede tener un color asociado y así a cada tema se le transfiere una sensación. Por ejemplo: la compra de un regalo puede tener un botón de llamada a la acción rojo o naranja según el tipo de producto, como podría ser para la pareja (pasión) o para una amistad (naranja). Incluso cuando no son parte de los colores corporativos, pueden ayudarnos a conseguir los objetivos de cada campaña.

 

 

De hecho, hay colores que asociamos claramente a estaciones del año y que podemos aprovechar para influir positivamente en el deseo de compra que despiertan esas campañas. Por ejemplo: el marrón es claramente otoñal y los colores ocres recuerdan la tierra, son para marcas tan rústicas como robustas. Pero si lo mezclamos con naranja, nos servirá de recuerdo para las compras de Halloween.

 

 

Cuando se trata de persuadir, todo suma. Provocar una emoción se consigue con las imágenes, los textos y también los colores. Si lo que queremos es cambiar la percepción del usuario, podemos empezar con un color asociado a lo negativo como es el negro y terminar con aquel que nos interese, incluso el corporativo. Esta es una opción para situaciones de crisis que vuelven a la normalidad.

 

 

Un último consejo: si envías campañas internacionales, recuerda que los colores no significan lo mismo en todas las culturas y quizá tienes que utilizar los bloques dinámicos para que todos los usuarios tengan una percepción similar.

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