Categoría: Consejos Email Marketing
En LinkedIn, la red social profesional con más usuarios registrados, se da la circunstancia de que son las personas individuales quienes se relacionan entre ellas: aunque sean representantes de una empresa, es su nombre y perfil con el realmente se interactúa. Pero no todos saben mantener saludable esta comunicación porque quien hace spam en un sitio lo acaba haciendo en los diferentes canales en los que tiene presencia, aunque sea por accidente.
Un ejemplo en el que seguro muchos se ven reflejados es enviar/recibir mensajes con los destinatarios en copia oculta o CCO. ¿Quién no ha recibido una cadena de emails que no le interesaban para nada o de un remitente desconocido que contestaba a decenas de personas? Utilizando de esta forma el correo es fácil que nos acaben considerando spam, incluso clientes o personas que conocemos. Cuando hacemos esto mismo en LinkedIn, es decir, si enviamos mensajes a nuestros contactos sin ninguna selección previa, también nos volvemos spammers.
Los correos no deseados que llegan desde LinkedIn serán tantos como activos seamos en esta red. Como remitentes de este tipo de mensajes, podemos encontrar a nuestras víctimas entre nuestra red de contactos. Esto incluye no solo nuestros amigos de primero nivel, también aquellos con los que compartimos grupo. Como cada uno puede aceptar o no esta opción en su configuración personal, podríamos pensar que no es spam. Así, los administradores y miembros de un grupo pueden contactar con otros miembros para presentarse y proponerles algún negocio conjunto, un fin muy apropiado por estar en una red social profesional.
Claro que también podemos contactar con ellos para recordarles que tenemos una newsletter y animarles a que se apunten. Entonces los objetivos son más promocionales y este traspaso de contactos hacia nuestra base de datos no es tan fácil como cuando ellos claramente ganan algo. Para ello tenemos que evitar hacer spam masivo e intentar personalizar los mensajes de manera que sean más especiales o al menos lo parezca. Por ejemplo, enviándoles uno a uno en lugar de en CCO podremos escribir algo más original.
En el email marketing ocurre lo mismo: enviamos correos electrónicos a un grupo heterogéneo de suscriptores sin pensar si a todos les interesa lo que les decimos. Una buena segmentación al crear la newsletter nos acerca a un mensaje personal y nos aleja de envíos spammers. Sí, es más sencillo enviar a toda la lista igual que enviar a todos nuestros contactos de LinkedIn, pero eso no nos garantiza mejores resultados.
Cuando una persona o empresa cae en la bandeja de correo no deseado, aunque sea por desconocimiento, su reputación sufre un pequeño golpe y si se insiste en estas malas prácticas puede llegar a romper la confianza que nos había dado y dejar de ser nuestro contacto, suscriptor o cliente.
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