Categoría: Consejos Email Marketing
Solo hay un escenario en que este mito se convierta en realidad: cuando incumples el RGPD. Desde que existe, no debe enviarse nada más que aquello para lo que el usuario ha dado su consentimiento. Es ilegal enviar cualquier tipo de mensaje sin validar antes que respetas los derechos de cada persona de tu base de datos. Se puede prevenir esta mala práctica si se recopilan las direcciones de correo electrónico cumpliendo con la legislación. Entonces, sí, será posible enviar de todo porque te habrán dado permiso para hacerlo.
Los usuarios comparten su dirección de correo electrónico con las empresas por varios motivos y cada uno tiene asociado un consentimiento. Vamos a usar el ejemplo más sencillo: desde el formulario de contacto, cuando nos hacen una pregunta sobre un producto o para pedir un presupuesto, tendremos que incluir una casilla que les informe de para qué usaremos sus datos, en este caso, sería solo para gestionar la respuesta.
Antes del RGPD, automáticamente y sin que el usuario se diese cuenta, las empresas lo añadían a sus newsletters y flujos de marketing automatizado para intentar convertirlo a cliente. Ahora esta práctica es ilegal: no se puede enviar información comercial si no tenemos su consentimiento. Por tanto, deberíamos incluir otra casilla para pedírselo y ni debería ser obligatoria ni estar premarcada porque el consentimiento ha de ser expreso, es decir, el usuario ha de darlo de forma activa.
La finalidad es la clave para distinguir qué se puede o no enviar. Si es diferente del que se indicó en el formulario, debe pedirse. El consentimiento ha de ser informado, por eso se explica en una frase quién utilizará esa información y para qué, de manera que pueda decidir si consiente o no en dar los datos. Por supuesto, está en su derecho de cambiar de idea y se le debe facilitar la posibilidad de revocar el consentimiento y darse de baja, además de hacer modificaciones que quiera de forma fácil y gratuita.
El RGPD también afecta a otros datos del usuario, como su número de teléfono o dirección postal, y es el responsable del tratamiento, quien debe asegurarse de que también se consigue permiso para utilizar esos canales, por ejemplo, durante el proceso de registro en una tienda online.
La relación que tengamos con el usuario o, en otras palabras, la etapa en la que se encuentre dentro del embudo de conversión nos guía para saber cómo obtener sus emails y así comunicarnos con ellos. No es lo mismo cuando todavía no son clientes y queremos los datos para hacer envíos publicitarios que cuando ya lo son y los usamos para informarle del estado de su cuenta.
Centrándonos en obtener consentimiento para promociones de marketing, las formas más habituales son:
El consentimiento más sencillo se consigue marcando una casilla en el formulario, aunque también es posible hacerlo en un contrato o en una lista de papel en un evento, incluso por teléfono si se formula la pregunta de forma inequívoca y queda registrado. Y, aunque es posible alquilar una lista para hacer permission marketing, nunca deben comprarse.
Lo primero que has de enviar es aquello por lo que la persona te ha cedido su dirección de email, como por ejemplo el lead magnet o el descuento. Una vez cumplida la promesa, hay varios tipos de envíos:
El error está en enviarlo todo sin tener el consentimiento de los destinatarios, pero después es perfectamente legal hacer todo tipo de campañas.
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