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Mito 19: Nadie lee el pie de los mensajes

Categoría: Consejos Email Marketing

Imagen Mito 19: Nadie lee el pie de los mens

La única forma de saber si alguien lee cualquier parte de un mensaje de correo electrónico es que haga clic en un enlace. Desde el Mail Privacy Protection, ni las aperturas indican que se lea el asunto. Fijándote en cuántas personas actualizan sus datos o se dan de baja, sabrás cuántos han leído el pie. También si incluyes algún tipo de llamada a la acción podrás comprobarlo. Así que, aunque no sea lo más leído, es un mito que nadie preste atención al footer porque sí incluye información relevante para el usuario.

 

Por qué el footer es importante

El principal motivo para tener un pie en tus correos electrónicos es que legalmente debes facilitar al usuario cierta información en cada envío y ese lugar es el más adecuado para que no destaque demasiado ni se mezcle con el cuerpo del mensaje. Si piensas en el footer como la letra pequeña de un contrato, solo lo verás como un anexo redactado por abogados al que no merece la pena prestarle atención. Pero es mucho más.

El pie sirve para dar confianza a los suscriptores porque pueden saber qué empresa hay detrás del envío y qué tratamiento hace de sus datos personales, por ejemplo si los comparte con terceros. Si no se mostrase la posibilidad de darse de baja de los envíos, el usuario no se fiaría del remitente y difícilmente se interesaría por comprar sus productos o servicios.

El footer es un elemento más dentro de la campaña de email marketing, por eso hay que cuidar tanto su redacción como el aspecto visual. Ayuda a consolidar la identidad de la marca, por ejemplo con textos y colores personalizados o reforzando mensajes clave, como el eslogan o el logotipo. En este sentido, merece la misma atención que la cabecera porque, si esta sirve para abrir el mensaje, el pie lo cierra, así que deben estar al mismo nivel.

 

Qué información debe incluir el pie

Quizá el contenido legal es el que da fama al footer de ser un bloque poco leído o que casi nadie se fija en él, pero igualmente debe incluirse. De hecho, es obligatorio facilitar la siguiente información:

  • Enlaces para darse de baja y actualizar los datos o preferencias, es imprescindible que estén visibles para cumplir con el RGPD. Hay empresas que los ocultan, pero el usuario siempre podrá marcar a un remitente como spam y esa acción es más negativa que sumar una baja.
  • Datos de contacto del remitente, como nombre y domicilio fiscal, además de correo electrónico y teléfono, por ejemplo del centro de ayuda, soporte técnico o atención al cliente.
  • Avisos legales de promociones o concursos que se están explicando en la campaña, aunque también estén en la landing de destino. De esta forma, mantenemos la transparencia de la acción.

Como no pueden ocultarse para no engañar al usuario y respetar la ley, estos textos suelen quedar desterrados al pie donde no son protagonistas. También ahí puede incluirse toda aquella información que se repite en cada envío y que no encaja dentro de una promoción comercial, como:

  • Logotipo y certificados de la marca que se quieran destacar.
  • Horarios comerciales de tiendas o de atención al cliente.
  • Iconos sociales para seguir en redes y compartir, también reenviar a un amigo.
  • Iconos para descargar la aplicación corporativa en las apps stores.
  • Llamada a la acción para recordar la última promoción activa.
  • Programa de referidos para la newsletter o de fidelización de clientes.
  • Encuesta para saber si le gustó el envío.

El pie suele ocupar un espacio pequeño en comparación con el resto el mensaje, pero hay que considerarlo igual de importante que los otros elementos.

 

Cómo redactar un pie para que se lea

El footer puede seguir el mismo estilo que el resto de la campaña, aunque también puede añadírsele un toque más informal para llamar la atención sobre los mensajes obligatorios. Por ejemplo: “Nos da mucha pena que quieras dejar de recibir nuestra newsletter, pero respetamos tu decisión” o “¿Has cambiado de trabajo? Actualiza tus datos antes de que tu jefe borre tu dirección de email”.

Incluir el motivo por el cual está recibiendo nuestro correo electrónico no es obligatorio, aunque sí una buena práctica. Las razones más habituales son porque rellenó un formulario para la newsletter, se registró a un evento o compró en la web. Para hacerlo diferente, podría ser por ejemplo: “¿Te preguntas por qué has recibido este mensaje? Pues porque te apuntaste en nuestra recién estrenada web para recibir nuestros exclusivos descuentos, ¡cómo has podido olvidarlo!”. 

Tampoco es obligado pedirles que nos añadan a su agenda de contactos, aunque puede interesarnos para evitar ser considerados como correo no deseado. Por ejemplo: “No queremos que te pierdas ninguna de nuestras promociones, si tú tampoco: añádenos a tus contactos”.

Para que el footer se lea, puede redactarse como si fuese una carta personal, añadiendo frases personalizadas igual que se hace en la cabecera. Por ejemplo: “PD. Queremos saber tu opinión, [Nombre]: responde esta encuesta para explicarnos qué te ha parecido esta newsletter”.

 

Buenas prácticas de diseño para el footer

Cuando el pie va debajo de la despedida o firma, se puede mantener el mismo estilo visual para darle continuidad al mensaje. Pero en campañas promocionales, es más interesante separarlo gráficamente, por ejemplo con una línea o un cambio de colores. Eso sí, siempre cuidando el contraste para que tanto el texto como los enlaces se puedan leer bien.

Siguiendo este mismo objetivo, hay que evitar hacer la letra demasiado pequeña y con poca separación entre párrafos. Ya se sabe que cuanto más largo sea el mensaje, peor para leerse, pero precisamente para facilitar la lectura hay que cuidar la tipografía también en dispositivos móviles.

El pie ha de mantenerse limpio, sencillo, pero siempre actualizado. Puede usarse para destacar una información durante un tiempo, como un cambio en el horario o un teléfono nuevo en la oficina. Por eso conviene marcar en el calendario la fecha en que se debería quitar ese tipo de datos para que no ocurra.

Dentro de la jerarquía del footer, si se quiere añadir mucha información, es posible incluir un menú con botones o apartados destacados de la tienda online, aunque debería ser simplificado para no recargar el diseño, igual que ocurre en la web.

Un último apunte: para mantener la coherencia durante todos los envíos, recuerda que puedes bloquear el pie en tu plantilla y así también evitar errores.

 

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