Categoría: Consejos Email Marketing
Es posible que estés usando GIF en tu email marketing porque es un recurso gráfico muy de moda para añadir dinamismo a las campañas. Este formato es especialmente interesante en animaciones porque tiene la ventaja de que hace aumentar el tiempo de lectura y es muy empático. Pero, ¿seguro que los usuarios lo ven todo igual que como tú lo has enviado? Si usan Gmail, existe la posibilidad de que no.
Para poner un poco de contexto, has de saber que Gmail crea una copia de las imágenes que envías en tus correos electrónicos, las almacena en caché y son esas las que muestra a sus usuarios. Así se asegura de que no incluyen virus, aunque también puede provocar que haya algunas diferencias entre el mensaje original y el que se recibe finalmente. Son sutiles la mayoría de las veces, pero otras claramente perceptibles y hasta dañinas para la reputación de la marca al parecer errores.
El motivo de que esto ocurra es que Gmail comprime los GIF al cachearlos y algún color puede perderse en el proceso. Cuando esto ocurre, se muestra el más parecido en la tabla de colores. Es posible que ni te hayas dado cuenta de que ha ocurrido en alguno de los mensajes que recibes, sobre todo cuando se trata de imágenes sencillas, es decir, con poca variedad cromática.
El problema está en los GIF que incluyen degradados, animaciones complejas o incluso transparencias. ¿Por qué? Pues porque hacen falta más colores para mostrar este tipo de imágenes y puede ocurrir que al eliminar algunos se distorsione el original. Un ejemplo con el que quizá sí te hayas encontrado es un fondo en el que se podían “ver rayas” que separaban los colores en lugar de tener una transición más suave. Te mostramos un ejemplo a continuación:
Gif original
Imagen de cómo se visualiza el Gif en Gmail
Hay muchas formas de utilizar los GIF en tu beneficio, así que no hace falta que los evites en tus campañas porque hay un pequeño truco para que Gmail no cambie los colores de tus imágenes: probar cuántos son los mínimos para que no se distorsione el original. Esto te permitirá controlar mejor el archivo resultante porque es una manera de indicarle cuáles son los importantes, es decir, de los que no puedes prescindir.
Probar de convertir los GIF a versiones con diferentes tablas de colores (32, 64, 128) también es una manera de reducir el peso del archivo, quitándole la necesidad de que lo haga en exceso Gmail al cachearlo. De hecho, esta recomendación sirve para cualquier tipo de imagen, no solo este formato. Así el mensaje se cargará más rápido y proporcionará una mejor experiencia al usuario.
Hacer este cambio puede suponer que el color corporativo oficial quede ligeramente distorsionado, pero es una pérdida que beneficia otros aspectos del envío. Piensa que es probable que solo dentro de tu empresa se note si el logo está un poco más claro o más oscuro. En cambio, puede quedar muy mal si el fondo deja de ser transparente y se cambia por un color que estropea el diseño de la campaña.
Así que, además de preocuparte porque tus imágenes sean accesibles o se vean bien en modo oscuro, también deberías fijarte en que los gifs animados estén optimizados para que Gmail los acabe mostrando de la forma en la que tú los creaste.
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