Categoría: Consejos Email Marketing
La segmentación es uno de los factores determinantes del éxito de una campaña. Una buena lista de contactos contiene datos interesantes para elegir a quién se hace el envío y así conseguir los objetivos del email marketing. Cuando no se alcanzan todas las posibilidades que ofrece segmentar bien la base de datos, es posible hacer una auditoría o repasar que no se hayan cometido ciertos errores que nos alejan de los resultados deseados.
La información que proporciona el usuario al registrarse es lo mínimo que tenemos para seleccionar a quién dirigirnos. Franja de edad, género y ciudad son los datos demográficos más básicos y casi cualquier negocio puede hacer uso de ellos. Según el sector, se pueden añadir otros que aportan más valor a la segmentación, por ejemplo profesión, tamaño de la empresa o rango de ingresos. Además, puede ser útil conocer sus intereses creando grupos y que los propios suscriptores elijan qué tipo de comunicaciones quieren recibir, su frecuencia o idioma.
Todas las opciones de segmentación que proporciona el formulario de contacto son fácilmente combinables y funcionarán mejor que solo utilizando un criterio.
Si la planificación se hace teniendo en cuenta los objetivos, también la segmentación. Es un error repetir los envíos sin considerar la actividad que de verdad importa. Lo más habitual es fijarse en quien no ha abierto algo, pero ¿por qué volver a enviar una campaña a alguien que compró la semana pasada si todavía no ha recibido el paquete o a quien no suele comprar ese tipo de productos? Quizá por eso no abrieron la primera vez que se le envió el mensaje o porque tienen un ticket de soporte abierto y prefieren cerrarlo antes.
Conviene extraer información de la interacción del usuario y elegir la adecuada para lo que queremos conseguir.
La base de datos de contactos se puede llenar con diferentes fuentes de información. Además del formulario de alta para la newsletter corporativa o los registros en la web para comprar, recopilar datos de parte cero y no usarlos después para segmentar los envíos es un grave error. Por ejemplo, las encuestas son lugares muy útiles para recopilar sus gustos, tanto antes como después de la compra, para poder concretar intereses de productos.
Otra fuente importante es el CRM porque allí se suele centralizar todo, incluso interacciones en redes sociales, lo que puede darnos opciones de segmentación con grandes resultados. Así se amplían las posibilidades de cumplir con los objetivos de ventas.
Cuando la lista de contactos es muy grande, la segmentación es un buen recurso para focalizar los esfuerzos agrupando perfiles. El error es acotar demasiado y acabar enviado a muy pocas personas, con características tan concretas que se acaban perdiendo opciones que pueden ser interesantes a medio o largo plazo. Por ejemplo, el hecho de que no hayan comprado este año no implica que no puedan abrir el mensaje y reenviarlo a alguien que sí vaya a hacerlo.
No hay que tener miedo de hacer envíos a toda la lista, solo hay que asegurarse de ajustar la personalización de la mejor manera posible.
Seguir enviando lo mismo a personas que no reaccionan a los mensajes puede acabar afectando a la entregabilidad de tus campañas. Segmentar y reenviar es un error, mientras que segmentar para enviar un mensaje específico es una buena práctica. La diferencia está en el contenido que se utiliza: no es el mismo que al resto de la lista con la que se mantiene cierto contacto, si no uno pensado para despertar su interés de manera personalizada.
Además, hacer una última llamada después de varios envíos de reengagement a los que no han reaccionado es una solución antes de darlos de baja.
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