Categoría: SMS Marketing
Los SMS son cortos por una cuestión técnica, pero siempre se pueden enviar dos si se supera el número de caracteres permitidos. Como esto implica duplicar el coste, es habitual dudar de si conviene concentrar el mensaje en uno, generalmente a costa de usar abreviaturas (aunque quitar acentos también lo reduce). Pero, elegir si acortar o no algunas palabras es una decisión de marca relacionada con la identidad verbal, no con la codificación del mensaje.
Primero fue el lenguaje SMS, pero abreviar palabras es algo cotidiano en redes sociales y mensajería instantánea. Incluso substituirlas por emoticonos, emojis y hasta reacciones para evitar tener que escribir siquiera un “Estoy de acuerdo con lo que dices”.
Los usuarios siempre están buscando nuevas formas de comunicación, especialmente las generaciones más jóvenes. Son las que suelen abanderar estos cambios y a las que hay que escuchar para utilizar sus palabras y estilo. Esto sirve tanto para cualquier mensaje, aunque especialmente el SMS porque frente al móvil es donde están más cómodos comunicándose.
Por eso, las empresas que se dirigen a ellos deben expresarse con su mismo estilo. Es una manera de acercarse y probarles que se habla igual o, en otras palabras, los conoces y pueden confiar en ti. Por ejemplo: al redactar una oferta 2x1, puedes hacer referencia a su “mejor amigo” usando “BFF” (abreviatura de Best Friend Forever”) o “bestie”. Así ahorras unos caracteres, pero sobre todo demuestras ser una marca para ellos.
Las abreviaturas son propias del argot y hay sectores donde su uso se ha incorporado de forma natural a la comunicación escrita, sobre todo anglicismos. Leer en un correo electrónico “FYI” o en un formulario “Tel.” es ya tan habitual que no resultaría extraño que una empresa las usase en una comunicación. Lo mismo que “promo”, “dto”, “+info” o cualquier otra convención propia de cada sector, como pueden ser los nombres de ciudades en el sector turístico.
Aunque parece que la decisión se basa en una cuestión de edad, en realidad, los ejemplos anteriores responden afirmativamente a la pregunta: ¿lo entenderá el usuario porque habla su mismo lenguaje? Si la respuesta es negativa, mejor no abreviar palabras que puedan confundir o crear malos entendidos porque afectaría a la imagen de la empresa, dando la impresión de que no está pensada para ese público.
Por otro lado, hay sectores tradicionalmente más formales en los que resultaría poco creíble empezar a utilizar abreviaturas que estuviesen fuera de lugar, pero en cambio, otras pueden ser de lo más naturales. Por ejemplo, en una cita con un abogado se puede abreviar la hora (“D: 10dic, H: 4pm” o solo “10/12, 16h”) o un centro médico indicar su dirección eliminando “c/” para ahorrar caracteres, pero sería extraño que usasen “PSI” o “pq” en lugar de “Recordatorio” o “porque”.
La solución más sencilla para las empresas que necesiten más caracteres para que su SMS no genere conflictos y acabe convirtiendo es incluir un enlace a la web donde se expliquen todo lo que no cabe en el mensaje, por ejemplo los detalles de una cita si hay que llevar documentación preparada o la letra pequeña de un concurso.
Por último, nuestro consejo es que revises tu base de datos y la información que tienes de tus clientes. Quizá te conviene segmentar y hacer dos envíos para escribirlos de forma diferente, adaptada a cada tipo de usuario.
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