Categoría: Consejos Email Marketing
Las llamadas a la acción son la forma de indicar al usuario qué ha de hacer después de abrir y leer una campaña de email marketing. Son imprescindibles para conseguir ventas, tráfico o el objetivo de la comunicación. Puede ser una señal más o menos directa, pero, sin una call to action, se pierde la posibilidad de que dé el siguiente paso y, por tanto, efectividad en los envíos.
Aunque se deben probar varias para ver cuál funciona mejor en cada tipo de mensaje, te damos algunos trucos generales para mejorar el rendimiento de las CTA o llamadas a la acción de tus promociones de marketing digital.
Es necesario centrar toda la atención en una única petición: no por pedirle diferentes cosas o más veces se consiguen más clics, puede ocurrir lo contrario. En este sentido, no hay que dejarle elegir y ofrecerle un único lugar para, por ejemplo, “Reservar plaza” o “Aprovechar esta oferta”.
El destino debería ser una landing page que recoja toda la información necesaria y así no se disperse el tráfico. Ahí es donde se producirá la conversión y se considere que ha logrado el objetivo. Este, por tanto, debe ser también uno solo para cada mensaje.
Si se tiene claro qué se quiere conseguir del segmento al que se dirige la comunicación, se puede empezar a gestionar su expectativa desde el primer momento. El asunto captará su atención y, junto con la cabecera, le indicará que ha hecho bien abriendo el correo porque está relacionado con lo que esperaba encontrar.
Por ejemplo, si se utiliza como asunto “Cuida de tu coche y él cuidará de ti” y el objetivo son reservas para hacer mantenimiento del vehículo, una buena llamada a la acción sería “Quiero pedir hora para cuidar de mi coche”.
Fuente: Really Good Emails
Una llamada a la acción puede considerarse una orden, aunque no se obliga al usuario a hacer nada porque puede cerrar el correo y darse de baja. Pero casi lo es porque hay que evitar a toda costa que no se quede indiferente frente a lo que acaba de recibir. Por eso nos dirigimos a él en imperativo, para dejar claro que esperamos que realice una acción, que reaccione y haga lo que le estamos pidiendo.
Es posible escribir la CTA en infinitivo, pero resulta más accionable cuando se introducen pronombres para dirigirte a tu público objetivo, por ejemplo: “Reserva tu plaza” es más personal que “Reservar plaza”.
Fuente: Really Good Emails
Dar un ligero toque para que el usuario se dé prisa es un método de persuasión que funciona. Los clásicos de acción inmediata son “ahora”, “hoy” o “ya” y consiguen resultados porque da la sensación de que no se puede dejar pasar el clic porque, si se espera demasiado, se va a perder algo importante (lo que ya se venía anunciando en el asunto).
Además, combina perfectamente con el imperativo (“Pide cita hoy”) y por eso tampoco se puede abusar y dar demasiadas órdenes (“Consulta ahora las fechas disponibles”, “Solicita ya más información”…), porque aumentas las probabilidades de que se canse.
Las llamadas a la acción se utilizan para conseguir clics, pero un CTR alto no es una buena referencia para el retorno de la inversión porque no implica conversión, tampoco las tasas de apertura. Por eso, es una buena práctica usar la llamada a la acción para dejar claro qué se puede esperar al hacer clic en ella.
Establecer una relación directa entre la CTA y la página de destino implica utilizar referencias similares, como hemos visto en el asunto, pero también aprovechar para encauzar la conversión. Por ejemplo: “Añade este producto al carrito” es muy diferente a “Lee más sobre este producto”.
Fuente: Really Good Emails
No hay un consenso sobre cuántas palabras ha de tener una CTA, pero sí sobre que ha de ser clara y directa, así que no pueden ser muchas. Mejor usar frases cortas que vayan al grano. Aunque hay que tener cuidado para no simplificar demasiado si puede generar algún malentendido.
Lee bien antes de enviar los emails y asegúrate de que no hay confusión: ¿se entiende qué conseguirá? Por ejemplo, utiliza números para ahorrar unos caracteres y hacer más sencillo de entender una oferta: “Canjea tu cupón del 30% de descuento” es más concreto que “Llévate un descuentazo”.
Fuente: Really Good Emails
Cualquier texto o imagen puede incluir una CTA, pero los botones son un elemento indispensable para llamar la atención sobre un enlace. Es importante cuidar el diseño y hacerlo bien visible para que, si los destinatarios escanean la campaña, lo identifiquen con facilidad, por ejemplo por su forma con bordes redondeados.
Para que no pierda efectividad, además, conviene comprobar la accesibilidad de este elemento para que contraste lo suficiente respecto al fondo del correo electrónico, además de con el color del texto.
Una CTA o llamada a la acción puede estar acompañada de un texto breve que ayude a entender a tus clientes potenciales qué han de hacer o cuáles son las consecuencias de hacerlo. Esto es muy habitual en el inbound marketing para persuadir a que el usuario dé el siguiente paso, pero también puede aplicarse a una campaña de email.
Por ejemplo, si el texto del botón de llamada es “Elige el día de la visita”, se puede añadir debajo en letra ligeramente más pequeña: “Podrás cambiarla en cualquier momento”. El objetivo de este microcopy es eliminar los motivos por los que no querría hacer clic.
Fuente: Really Good Emails
Como siempre en una estrategia de email marketing, merece la pena dedicar un tiempo a revisar que todo funciona, como que el enlace del botón es correcto, la plantilla (y la landing) es responsive y puede verse y clicarse bien en todos los dispositivos.
El truco está en fijarse también en los resultados que hayan conseguido otras CTA en relación con el diseño, por ejemplo si era necesario hacer mucho scroll para verla o si había poco espacio en blanco en el resto de la página para dejarla brillar.
Fuente: Really Good Emails
Para medir los resultados, comprueba que las llamadas a la acción de tu email marketing funcionan fijándote en la tasa de clics. Así podrás comprobar las reacciones de tu público objetivo y hacer ajustes en los siguientes envíos. Eso sí, no quemes tus recursos ganadores: no utilices siempre la misma, haz variaciones y juega con ellas para ofrecer diferentes opciones y que tus clientes no sientan que siempre les pides lo mismo.
Prueba con sinónimos, por ejemplo: “Lee más”, “Sigue leyendo” y “¿Quieres continuar con la lectura?” significan lo mismo y puedes intercalarlas en diferentes envíos para testearlas.
Fuente: Really Good Emails
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