Categoría: Consejos Email Marketing
Los mensajes interactivos son muy atractivos para el usuario y por eso tienen muchas ventajas para la estrategia de email marketing. La principal es que aumentan el tiempo de lectura al atrapar al destinatario con un tipo de correo alejado del que está acostumbrado a recibir. Este engagement adicional influye en la reputación de la marca tanto como en la conversión de la campaña.
Hay diferentes formas de diseñar un correo electrónico interactivo y por eso te presentamos una selección de ejemplos que te servirán de inspiración si quieres aprovechar este tipo de mensajes.
Aunque las redes sociales han hecho que los carruseles sean muy apreciados para contar una historia o mostrar diferentes puntos de vista de un producto, todavía sorprende encontrarlos porque son poco habituales en correo electrónicos.
Fuente: Really Good Emails
Lo único que se suele pedir al usuario en una campaña es que haga clic para salir del correo e ir a una página web. Pero en un email interactivo también se le puede pedir que arrastre el cursor como si estuviese rascando un cupón para saber qué premio hay debajo.
Fuente: Really Good Emails
Como si se tratase de un juego de cartas, es posible hacer clic en una imagen para ver qué hay detrás en lugar de salir del correo. Esto puede ser interesante para juegos de respuesta rápida o para desvelar algún producto escondido en un calendario de Adviento.
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Si un triángulo es sinónimo de “Play” en vídeos, el símbolo de sumar sirve en las imágenes para mostrar más información. Al incluirlo en un correo, se amplía un acordeón o en un desplegable. En este ejemplo, además, avisan al usuario de que puede interactuar con las imágenes.
Fuente: Really Good Emails
La posibilidad de ver un vídeo dentro del propio correo es muy interesante desde el punto de vista de la marca porque permite una experiencia más inmersiva. Si, además, se incluyen otros elementos interactivos, todo el mensaje se convierte en una oportunidad única de venta y seguro que el usuario la reenvía o habla de ella.
Fuente: Really Good Emails
Para mostrar diferentes colores o modelos del mismo producto, un mensaje normal incluiría varias fotografías. Uno interactivo permite navegar entre las opciones disponibles y añadir al carrito la elegida por el usuario.
Fuente: Really Good Emails
Llevando el ejemplo anterior al siguiente nivel, es posible seleccionar un estilo y aplicarlo a todo el mensaje. De esta manera, cada usuario puede sentirse más predispuesto a comprar el producto porque ya ha elegido el modelo que le interesa y lo ha podido ver desde varios ángulos.
Fuente: Really Good Emails
Los juegos sencillos son los más adictivos, es decir, los que harán que el usuario pase más tiempo con el mensaje abierto tratando de superar el nivel. No hace falta preparar una programación compleja, basta con ofrecer la posibilidad de pasar un rato divertido con la marca.
Fuente: Really Good Emails
Una buena forma de ayudar al usuario a decidir qué comprar es plantearle un juego sencillo de preguntas que le lleva a descubrir el producto que necesita. Solo ha de ir completando las respuestas para al final encontrar la mejor solución para él. Al tratarse de un cuestionario interactivo, estará más convencido de que es así.
Fuente: Really Good Emails
Las posibilidades de interacción pueden enfocarse a un objetivo comercial o simplemente ser un puro entretenimiento del que también poder extraer información de la base de datos. Con una encuesta sencilla es posible conocer los gustos de los usuarios para futuros envíos.
Fuente: Really Good Emails
Un último apunte: si bien los emails interactivos permiten retener al usuario en su gestor de correo, no todos son compatibles y muestran los elementos para poder interactuar correctamente.
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